Nací católico, de adolescente pertenecí a un movimiento cristiano y puedo decir que aprendí mucho en ambos lugares. Sin embargo, nunca sentí total satisfacción ni seguridad con ninguna de las dos filosofías. En mi búsqueda por un camino nuevo, la vida puso a la Wicca en mi camino. Anhelaba un reencuentro con el mundo natural, deseaba poder vivir respecto a una filosofía cuyo principio básico fuera el mundo y el respeto por este y sus criaturas. Siento que la verdad absoluta no existe, creo que se puede tomar lo mejor de cada forma de pensar, pero me siento feliz de saber que este modo de vida me permite acercarme al máximo con mis ideales personales, permitiéndome respetar los ideales de los demás.
top of page

bottom of page